Sin dudas, medidas que lleven a reducir el uso y abuso del papel son bien recibidas por razones de mejor administración del estudio. Cuanto más se pueda digitalizar la práctica profesional, más eficiente resultará el acceso a los documentos, y en esa línea es interesante la reciente Resolución 3909/10 de la CSJN.
Básicamente, obliga a que las cédulas con documental de más de 50 hojas, se utilice un CD u otro medio magnético (el CD es el más económico), o se dejen las copias en el juzgado para el retiro por parte de los letrados.
La nueva norma, más allá del interés práctico en su conocimiento, se queda a mitad de camino, al permitir dejar las copias físicas en el juzgado (¿y los plazos como se contarán en este caso?; si es desde la notificación y me llega la cédula el viernes, ¿me pierdo dos días?). Y tampoco establece algún mecanismo de autenticación del contenido del soporte magnético (¿los archivos están dañados? ¿y si digo eso para ganarme algunos días?).
Es quizá hora de implementar sistemas mucho menos apegados al papel, para llegar del modo más rápido posible a los e-filings. La tecnología existe, es cuestión de planificar y avanzar en un camino que haga que alguna vez las "colas" para ver los expedientes sean una anécdota de tiempos pretéritos.
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